top of page
Buscar

Día de la tierra

  • Juan Pablo Martínez Moscoso
  • 23 abr 2015
  • 3 Min. de lectura

IMG_7763.jpg

“Ni sabiendo los estragos que estábamos causando en el planeta, hemos cambiado nuestra forma de actuar”; estas palabras del Secretario General de las Naciones Unidas, debe llamar a la reflexión sobre nuestra influencia negativa sobre el planeta. Si bien, a lo largo de la historia geológica de la Tierra, han existido cambios significativos y catástrofes que han reconfigurado su fisonomía y sobre todo la biodiversidad asociada a aquellos ecosistemas cambiantes; sin embargo, la coyuntura actual, denominada como la sexta mega extinción, tiene una particularidad, es la primera que no ocurre por factores naturales, sino está asociada a la acción de una sola especie, la nuestra. A pesar del daño que le estamos causando al planeta, debemos tener claro que éste ha soportado situaciones iguales o más graves en el pasado y esto ha conducido a la desaparición de gran número de especies y la aparición de nuevas. Lo único que no está confirmado es si nuestra especie estará en el grupo de las que logren sobrevivir.


Nuestra especie ha influido de manera negativa sobre los ecosistemas desde hace varios miles de años, pero son los últimos siglos, en los que la explosión demográfica ha incrementado el consumo de recursos, la conversión de ecosistemas naturales en áreas urbanas y productivas, lo que conlleva la extinción de especies; la producción agrícola, ganadera e industrial ha generado contaminación del suelo, el aire y el agua, pero sobre todo, hemos alterado el clima con el elevado consumo de combustibles fósiles. Por eso, este año está enfocado en dejar de INVERTIR EN combustibles fósiles para centrar la atención en las energías renovables. «No será un camino fácil, pero sí el único para salvaguardar el futuro de nuestro planeta», ha defendido Ban Ki-moon. Siempre debemos tener en cuenta que, a pesar que son muchas las especies afectadas por la contaminación y están siendo arrastradas a la extinción, nuestra especie es de las más afectadas, según las últimas estimaciones de la OMS, la contaminación atmosférica supone el riesgo ambiental para la salud más importante del mundo. De hecho, según sus cifras, en 2012, unos 7 millones de personas murieron a consecuencia de la exposición a la contaminación atmosférica.


El Día de la Tierra se instauró para crear una conciencia común a los problemas de la superpoblación, la producción de contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra. En Estados Unidos, la primera celebración del Día de la Tierra, se desarrolló el 22 de abril de 1970, en ella el senador Gaylord Nelson, promovió una manifestación para la creación de una agencia ambiental, lo que condujo a la Creación de la EPA (Environmental Protection Agency) Recuerdo muy claramente cómo hace 20 años, leí una frase que influyó mi forma de pensar y me orientó a estudiar la relación de los humanos y la naturaleza, era una frase de Michel Bosquet, precursor de la ecología política, quien en la década de 1970 había sentenciado: “La humanidad necesitó 30 siglos para tomar impulso; le quedan 30 años para frenar antes del abismo.” Sin embargo, en los últimos 20 años, no se ha conseguido llegar a ningún acuerdo internacional para la reducción de los efectos del cambio climático. Y todo ello pese a que, tal y como recordó Ban Ki-moon el septiembre pasado, no existe un «Plan B» a la hora de combatir el calentamiento global, porque no existe un «Planeta B». En nuestras manos está impulsar el cambio para evitar que ocurra lo que J. H. Fabre declaró: “El hombre sucumbirá al fin asesinado por el exceso de lo que él llama civilización”


 
 
 
Featured Posts
Recent Posts
Archive
Search By Tags
Follow Us
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square

© 2014 by @juanpmm

  • Twitter negro cuadrado
  • LinkedIn Square Negro
  • Google+ Square Negro
  • Facebook Negro Square
  • Instagram Square Negro
bottom of page