EL ANTROPOCENO Y LA SEXTA MEGAEXTINCIÓN
- @juanpmm
- 25 ene 2016
- 5 Min. de lectura

Somos la única especie que se ha adaptado a vivir en todos los ecosistemas, incluso los más indómitos
Para quienes caminamos por áreas naturales, siempre llama la atención que incluso en lugares alejados y de muy difícil acceso es evidente la presencia humana que ha venido dejando sus huellas en los últimos siglos. Esto se debe, a que nuestras actividades no dejan un impacto únicamente en el área inmediata adonde estamos realizándolas. Este fenómeno ha venido siendo estudiado por los científicos en las últimas décadas y existen evidencias irrefutables que nuestra actividad como especie, por primera vez en la historia del planeta, están generando cambios irreversibles tanto en la estructura del planeta como en la sostenibilidad de la vida en el mismo. Para que esta idea quede más clara, utilizaré un ejemplo, a comienzos del 2009, tuve la oportunidad de acompañar a un grupo de científicos de un grupo de universidades de los Estados Unidos, que estaban tomando muestras de aire y suelo en los páramos de las cuencas de los ríos Burgay y Machángara, lo interesante es que estaban rastreando una serie de contaminantes producidos por las emanaciones de gases en la industria de Sudáfrica, y como ustedes ya supondrán, evidentemente los encontraron.
¿Qué es el antropoceno?
Como vemos, es innegable que nuestra influencia sobre el planeta está generando desequilibrios sobre la vida, pero incluso, están dejando una huella geológica que hace que podamos diferenciar la era actual del Holoceno, por lo que actualmente los científicos señalan que estamos viviendo en una era denominada Antropoceno, el concepto fue presentado por primera vez por Crutzen y Stoermer (2000) en Bravo (2013). Ramón Fernández Durán desarrolla más estos postulados y estipula que: El siglo XX inaugura pues un momento decisivo, e irrepetible, en la historia no solo de la especie humana, sino del planeta Tierra. El hecho de que a finales del pasado siglo el sistema urbano-agro-industrial mundial derrochara casi 100.000 veces la energía consumida por los seres humanos a principios del neolítico ha sido determinante en el advenimiento de esta tremenda singularidad histórica”. [...] En definitiva, en los siglos XIX y XX se pensaba que la biósfera era un espacio inagotable, pero bruscamente estamos constatando que hemos superado ya su biocapacidad, al tiempo que degradábamos el entorno ecológico y geofísico de manera brutal. El concepto lejos de ser netamente geológico o ecológico se emplea en la discusión antropológica y política, pues para varios teóricos de izquierda el antropoceno es un proceso que viene de la mano con el sistema capitalista y que se sustenta en la exfoliación colonial por parte de unos países sobre los recursos naturales de otros, y sustentado en una ciencia que ha posibilitado esta exfoliación (Bravo, 2013).
¿Existe evidencia suficiente?
A comienzos de este año, un grupo de científicos ingleses presentó un artículo en la revista Science en el que señalan que existe suficiente evidencia geológica y estratigráfica para señalar que nos encontramos viviendo en un nuevo período geológico. Para Waters y sus colaboradores el Holoceno ha sido una etapa durante la cual las sociedades humanas han avanzado al domesticar, gradualmente, la tierra y los animales para producir alimentos, construir asentamientos urbanos y beneficiarse de los recursos del planeta, como el agua, los minerales y la energía. Sin embargo, esta nueva era, el Antropoceno, está marcada por el rápido cambio medioambiental provocado por el impacto del aumento de la población humana y el incremento del consumo durante la 'Gran Aceleración' de mediados del siglo XX. Esta época coincide con un fuerte crecimiento de la actividad económica y el consumo de recursos.

La presencia de especies exóticas, vías y cercados evidencias nuestra prescencia incluso en los altos páramos
¿Cuándo comienza el Antropoceno?
Al momento, los científicos siguen discutiendo sobre el momento exacto en el que esta nueva etapa da inicio, existen científicos que la señalan en periodos muy cercanos en la segunda mitad del siglo XX, otros se inclinan por el momento del inicio de la revolución industrial y otros la sitúan en momentos anteriores a 1600, con el incremento de la movilidad humana y los cambios en los sistemas de producción. El problema principal es que dentro de la columna estratigráfica correspondiente al Holoceno que inicia hace unos 11,700 años, es que las evidencias dejadas por estas migraciones, medida por ejemplo en la presencia de polen de especies como el maíz o el trigo que fueron distribuidas a lo largo del mundo, no tienen un carácter síncrono, lo que no permite establecer con claridad la fecha de inicio.
Waters y sus colaboradores (2016) se inclinan por una fecha tentativa entre 1945 y 1950 en donde señalan, no cabe duda que los depósitos antropogénicos recientes contienen minerales nuevos y la rápida fusión global de nuevos materiales que incluyen aluminio elemental, concreto y plásticos que forman depósitos de lo que ellos han denominado “tecno-fósiles” esta fecha coincide además con un aumento de la quema de combustibles fósiles, lo que sumado a la mayor erosión causada por la deforestación y la evidencia de nitrógeno y fósforo del suelo que se han duplicado en el último siglo debido a la utilización de fertilizantes que la sitúan en los valores más altos de los últimos 100,000 años.
¿En esta nueva etapa geológica existe evidencia de una mega extinción de especies?

No hay duda en la comunidad científica de que nos enfrentamos a la sexta mega extinción de especies, debemos señalar que todas las anteriores se desarrollaron en períodos de tiempo de varios millones de años y se debieron a causas naturales. En la actual tenemos evidencia que desde el año 1500 de nuestra era han desaparecido para siempre más de una centena de especies de aves, casi ocho decenas de especies de mamíferos más de una centena de especies de plantas con flor y otros números importantes en los demás grupos de organismos vivos, sin embargo, es muy poco lo que conocemos, pues muchas especies pudieron haber desaparecido antes de que la ciencia pudiera siquiera tener noticia de ellas.
Lo más preocupante, es que esta situación parece no detenerse, en los últimos años la unión internacional para la conservación de la naturaleza ha realizado un importante esfuerzo con colaboradores locales de todo el mundo para establecer los listados de especies amenazadas y como ejemplo, de las especies devaluadas, sabemos que el 13% de las aves el 25% de los mamíferos y el 41% de los anfibios son candidatos a la extinción. Para finalizar les invito a reflexionar sobre los impactos que como especie hemos tenido al generar una nueva etapa geológica y que el hecho de que varias de sus especies puedan extinguirse, es un camino sin retorno pues su desaparición es para siempre y nos privará en el futuro de obtener todos los servicios ambientales que pudiesen habernos proporcionado.

REFERENCIAS
Lewis, S. L., & Maslin, M. A. (2015). Defining the anthropocene. Nature,519(7542), 171-180.
Bravo Velásquez, E. (2013). Del Big Bang al Antropoceno: el andar de una naturaleza con derechos. Abya-Yala/UPS.
Zalasiewicz, J. (2015). Epochs: Disputed start dates for Anthropocene. Nature,520(7548), 436-436.
Steffen, W., Grinevald, J., Crutzen, P., & McNeill, J. (2011). The Anthropocene: conceptual and historical perspectives. Philosophical Transactions of the Royal Society of London A: Mathematical, Physical and Engineering Sciences, 369(1938), 842-867.
Waters, C. N., Zalasiewicz, J., Summerhayes, C., Barnosky, A. D., Poirier, C., Gałuszka, A., ... & Jeandel, C. (2016). The Anthropocene is functionally and stratigraphically distinct from the Holocene. Science, 351(6269), aad2622.
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