CUENCA Y EL AGUA
- @juanpmm
- 30 mar 2016
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El nombre de Cuenca pese a la referencia histórica del encargo de su fundación por el amor del Marqués de Cañete a su par del viejo continente, parecería más bien que fue seleccionado por su posición geográfica y las características orográficas de su territorio. Si tomamos la segunda definición del Diccionario de la Real Academia Española de la lengua nos encontramos con: “Territorio rodeado de alturas” que como podemos suponer todos, bien podría ser la impresión inmediata de un viajero que conoce este territorio por primera vez.
La tercera definición nos lleva a que cuenca es un territorio cuyas aguas afluyen todas a un mismo río, lago o mar. Quizá así lo entendieron los Cañaris quienes condicionaron su distribución geográfica por un factor distinto al común de los pueblos de su época que fue la capacidad bélica de expansión. Incluso en los primeros años de la Colonia “la provincia de los Cañaris continuó gobernándose según la organización especial política basado en la división geográfico-espacial del Territorio que determinó la conformación de pequeñas unidades políticas libres, organizadas en cacicazgos. Cada unidad política conformaba una parcialidad que ocupaba la limitada área de un valle fluvial, rodeada por todos lados, por montañas (Chacón, 1990).
Esa organización especial política descrita en 1754 por Alonso de la Peña Montenegro (Chacón, 1990) hace notar que nuestro primeros pobladores ocuparon todo lo que hoy denominamos Enclave Biogeográfico Cañari, que está limitado al norte por los ríos Chan chan y Cañar y al sur por el Jubones, y la cuenca del Paute-Santiago hacia oriente. La peculiar conformación hidrográfica de la región hace que exista una sola cuenca que drena hacia oriente y entre las cuencas de los ríos Cañar y Jubones existan ocho pequeñas cuencas que drenan todas al Pacífico. Estas tres cuencas principales Paute, Cañar y Jubones constituían los tres cacicazgos o territorio principales con los asentamientos de Tomebamba, Hatun-Cañar y Cañaribamba respectivamente en cada uno de ellos.
A partir de 1570 con la organización basada en las ordenanzas del Virrey don Francisco de Toledo, inició una época que permaneció hasta la parte final del siglo veinte en que las divisiones geopolíticas primaron por sobre las naturales e impidieron una administración adecuada del recurso hídrico, que derivó en un mayor impacto sobre los recursos naturales y generó conflictos por el uso que derivan incluso en conflictos de límites entre territorios hermanos.
Afortunadamente esa situación está siendo revertida en el país en la actualidad. Sin embargo en Cuenca, este cambio inició hace varias décadas con el trabajo de ETAPA, pero que proyecta tanto a Cuenca, como a sus cuencas hacia el futuro con una visión orientada por Manejo Integrado de Cuencas que lo entendemos proceso de mejora continua para la toma de decisiones sobre los usos y las modificaciones a los recursos naturales dentro de una cuenca. Este proceso provee la oportunidad de hacer un balance entre los diferentes usos que se le pueden dar a los recursos naturales y los impactos que éstos tienen en el largo plazo para la sustentabilidad de los recursos. Implica principalmente la planificación, la formulación y desarrollo de actividades que involucran a los recursos naturales y humanos de la cuenca.
Por lo expuesto hasta aquí podemos concluir que Cuenca y su región constituyen desde el punto de vista natural y cultural un único territorio, aislado por la historia natural pero integrada al mundo por su inquietud intelectual y su acción cultural. Cuenca constituye por tanto un territorio, pero no en la visión de espacio físico; sino en aquella de lo que se ha denominado como territorios de la intimidad, aquellos en los que no hace falta que estén presentes para influir en nosotros. Desde períodos que se pierden en el tiempo, todos los que hemos nacido o pasado por Cuenca, la llevamos para siempre en nosotros y como dijo el cronista “la prefieran para el bienestar de la vida material” pero sobre todo como una sensación que se expresa en el sentimiento.
No hay agua como la de Cuenca

Más allá de la anécdota que el agua de Cuenca es la única que es potable por decreto, pues así lo determinó una resolución del Concejo Cantonal en el siglo pasado, no cabe duda, que una de las señas de identidad y orgullo de la ciudad y de todos los cuencanos es la belleza e nuestros ríos y la calidad de nuestra agua. Poder tomar el agua directamente de la llave, con total seguridad para nuestra salud es un lujo que muy pocas ciudades pueden darse. Si bien todos recordamos nuestras clases de primaria en que se nos enseñó que el agua es inodora, incolora e insípida, pero el agua de cuenca tiene sabor, es un sabor a pureza, que nos trae a la mente el delicado equilibrio de nuestros páramos y una frescura que no la puede alcanzar ninguna bebida comercial.
La posibilidad de poder disfrutar del agua en nuestras casas se debe al complejo sistema de abastecimiento para el área urbana de Cuenca depende de los ríos Yanuncay (450l/s por 5 horas diarias), Tomebamba (1000 l/s las 24 horas del día) y Machángara (650 l/s las 24 horas del día), cuya provisión de agua viene de los páramos existentes en las respectivas micro cuencas.
Al analizar los indicadores que maneja la empresa ETAPA EP, y compararlos con los datos nacionales, e incluso internacionales, nos podemos dar cuenta del excelente servicio con el que contamos. Las lluvias de los días pasados que generaron problemas en la planta de Tixán y dejaron varios días sin agua a extensos sectores de la ciudad, tuvieron una particular atención, pues en Cuenca no estamos acostumbrados a sufrir cortes de agua, más allá de los programados para alguna reparación o mantenimiento. El índice de continuidad del servicio es el más alto del país y uno de los mejores de la región con un 99,35%.
El Agua de Cuenca se emplea con fines principalmente residenciales, que representan el 90% de las 125.857 conexiones que permiten que nuestro cantón sea el mejor servido del país con una cobertura del 96,60 a nivel general y que supera el 97,80 en el sector urbano. Es de destacar que el sector rural de Cuenca tiene una cobertura que supera incluso a las áreas urbanas de las principales ciudades del país con un 91,10%.
Pero en Cuenca, no solo importa dotar de agua en cantidad y calidad adecuadas (256 litros por habitante y por día y con un cumplimiento de calidad superior al 90% en los análisis constantes que se realizan). En Nuestra ciudad se ha tomado muy seriamente el concepto del ciclo integral de un producto o en este caso un servicio, para garantizar el abastecimiento ETAPA administra más de 45000 hectáreas en las áreas de captación de sus plantas de potabilización, evita la contaminación recolectando un promedio de 400000 galones de aceite usados al año, con lo que han evitado que en los últimos años más de tres millones de galones de aceite puedan terminar en nuestros ríos o quebradas. Para cerrar el ciclo, casi el 95% de la ciudad cuenta con un adecuado sistema de alcantarillado, que no solo recolecta las aguas servidas, sino las transporta a la planta de tratamiento de aguas residuales de Ucubamba, para tratarlas y devolverlas al río Cuenca en condiciones que cumplan la normativa ambiental vigente.
Esta realidad hace que olvidemos todo el trabajo necesario para que el agua llegue a nuestras llaves y generemos desperdicio, cabe resaltar que este no se da en la red, pues las pérdidas por agua no contabilizada so menores a lo recomendado internacionalmente con apenas un 30%. El desperdicio en nuestra ciudad se da en el uso, principalmente residencial, pero también por el uso industrial que en promedio supera los 200m3 para fines muchas veces relacionados con limpieza y mantenimiento en los que podría emplearse agua cruda; por lo que es momento de reflexionar sobre los usos que cada uno le damos al agua.
Sobre el estado de nuestros ríos

Como decía el agua potable y nuestros ríos son parte de nuestra identidad, el estado de estos últimos es constantemente monitoreado y se ha podido determinar que las partes altas de las cuencas presentan una integridad biótica de excelente a buena, En la parte media de los ríos, la integridad biótica es buena, con un hábitat sustentable. (Carrasco, 2008).
Pese a los esfuerzos realizados, como los interceptores, en el área urbana los ríos sufren un detrimento en su integridad biótica (clase media), principalmente debido a las alteraciones en la morfología de su cauce y al deterioro de la calidad de su hábitat (Carrasco, 2008).
Referencias
Carrasco M. C. 2008. Integridad Biótica y su aplicación a una propuesta de gestión en los ríos Tomebamba y Yanuncay en Cuenca – Ecuador. Tesis de Maestría en Gestión Integrada de Cuencas, Universidad Autónoma de Querétaro, México.
Chacón, J. 1990. Historia del Corregimiento de Cuenca. Colección Histórica Tomo 19. Banco Central del Ecuador. Quito – Ecuador. 675 pp.
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