TURISMO EN EL CUYABENO
- @juanpmm
- 11 ene 2016
- 5 Min. de lectura

Visitar el Cuyabeno para quienes vivimos en el sur del Ecuador, realmente representa un esfuerzo, pero bien vale la pena. Para llegar al Cuyabeno se debe llegaro por vía aérea o terrestre hasta Lago Agrio y desde allí llegar hasta Tarapoa por vía terrestre desde dónde se puede acceder a la reserva por dos vías la más habitual es por el río Cuyabeno, para esto, a 20 minutos de Tarapoa se encuentra el sector denominado Puente Cuyabeno, en donde se toman las lanchas conducidas por indígenas Siona de la comunidad de Puerto Bolívar, quienes en asociación con los establecimientos turísticos de la reserva manejan todo el sistema de transporte y gran parte de los servicios de guías; por esta ruta la travesía en lancha, hasta el sector de la Laguna Grande, donde se encuentran la mayoría de establecimientos turísticos dura alrededor de dos horas, en las que se puede disfrutar de la magia del recorrido por los ríos de aguas blancas que a medida que se introducen en la selva se convierten en el ecosistema de aguas negras denominado Igapó, uno de los más diversos e interesantes del mundo. Por otro lado, quienes quieran acceder por el río Aguarico, deberá, realizar un recorrido de más de nueve horas en lancha, en el que adentrándose por el gran Aguarico podrá observar otra realidad de nuestra Amazonía al observar los campamentos petroleros hasta llegar a la bocana que es la desembocadura del Cuyabeno en el Aguarico, donde se encuentra la comunidad de playas del Cuaybeno, una comunidad Quichua, a diferencia de las Siona que se encuentran al interior de la reserva, recientemente este poblado fue convertido en una comunidad del milenio, con la inversión de las regalías petroleras y su infraestructura en la que cada casa muestra su conexión tecnológica con antenas parabólicas, que contrastan con el paisaje selvático de la zona. El viaje aguas arriba del Cuyabeno hasta la Laguna Grande es mágico y al ser mucho menos concurrida que la zona occidental de la reserva, las experiencias de observación de biodiversidad son mucho más placenteras.

La reserva del Cuyabeno pertenece al Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ministerio del Ambiente desde 1979, se encuentra situada en la Provincia de Sucumbíos, al noreste de la Región Amazónica de Ecuador. Es una gran reserva de 603 380 hectáreas y es uno de los lugares más biodiversos del planeta junto con el Parque Nacional Yasuní. Actualmente se trabaja en la iniciativa de unir por medio de corredores estas dos reservas con otras en Colombia y Perú lo que podría convertirla en una de las áreas de conservación más grandes del mundo.
Los principales atractivos del Cuyabeno se relacionan con la enorme biodiversidad y el imponente sistema hidrográfico que forma parte de la Cuenca Amazónica. Según reporte del MAE, su flora está entre la más diversa del planeta con alrededor de 12 mil especies distribuidas en diferentes hábitats. En cuanto a fauna, se estima que existe alrededor de 1 320 especies: 165 de mamíferos, 493 de aves, 96 de anfibios, 91 de reptiles y 475 de peces. El mayor atractivo de la Reserva como había señalado es el Igapó, estos bosques inundados son extensiones de suelo cubierto por árboles que se inunda periódicamente, a veces por periodos considerables del año. Las especies que viven en estos bosques son únicas, han aprendido a manejar la presencia constante de agua, por ello son reconocibles aun cuando en ese momento no haya agua. Dentro del bosque hay especies acuáticas o semiacuáticas que, como sus nombres lo indican, están acostumbradas a vivir en el agua, flotando en ella o sumergidas total o parcialmente. Algunas pueden soportar regímenes de inundación de hasta 10 meses al año. Ese es el caso del guarango de agua (Macrolobium) en las lagunas de Cuyabeno o la palma morete (Mauritia flexuosa), que forma agrupaciones tan grandes que reciben su propio nombre: moretal, en toda la Amazonía ecuatoriana.
Recorrer esta reserva, sea por agua o por tierra, en el día una noche, se convierte en una experiencia única e irrepetible, es muy recomendable utilizar botes de remo, que permiten introducirse en los miles de brazos que el río genera en el bosque inundable, además del ejercicio y la paz que se siente, esto permite introducirse en un ecosistema en el que fácilmente se puede observar hasta ocho especies de monos o más bien, son ellos quienes curiosos se acercan a la lancha para observarnos. La observación de aves es particularmente fácil, entretenida y gratificante en este lugar con paciencia, un buen guía y algo de suerte se pueden observar varias decenas de especies diferentes. Particular mención merecen los Hoazines una especie de ave de apariencia muy peculiar, por su cresta y colorido plumaje, pero sobre todo porque sus juveniles presentan pulgar con uña en las alas que le sirve para trepar cuando han caído al agua desde su nido en los árboles mientras aprenden a volar. El río permite observar especies muy llamativas como los caimanes de anteojos por los caimanes enanos que abundan en sus orillas, y quizá la mejor experiencia en el Cuyabeno es nadar al atardecer en la Laguna grande observando la majestuosa puesta de sol mientras a nuestro alrededor saltan delfines grises y rosados.
La diversidad del Cuyabeno no es sólo natural en las orillas del río del mismo nombre y la del Aguarico habitan 7 comunidades indígenas, pertenecientes a cinco nacionalidades: Sionas, Secoyas, Cofanes, Quichuas y Shuaras, que ofrecen la oportunidad de realizar turismo comunitario.

El reto de realizar un turismo que por un lado garantice una adecuada experiencia de visita para el turista, por otro conserve la naturaleza y haga partícipes de los beneficios a las comunidades locales lleva ya varios años en esta reserva, que es un laboratorio de turismo sostenible a nivel nacional y en el que sea implementado un gran número de buenas prácticas. Hace pocos meses pude visitar la reserva para verificar estos esfuerzos, que los realiza tanto la autoridad ambiental, las comunidades y los operadores turísticos, con el apoyo del Programa de Buenas Prácticas en Turismo Sostenible de Rainforest Alliance, que a decir de varios de los actores con los que pude conversar, ha generado impactos positivos en los recursos naturales, el desarrollo local, la cultura de la zona, la calidad del empleo, su desempeño empresarial y en los medios de vida sostenibles; así se alcanzan importantes avances en términos de la conservación a la biodiversidad y el desarrollo comunitario.
Uno de los 14 establecimientos turísticos de la reserva, que pude visitar se llama Jamú Lodge, comparto la opinión de su propietario Guillermo Gómez quien sostiene: “Luego de vivir la experiencia en nuestro hotel, los pasajeros crean conciencia sobre la importancia de conservar el medioambiente, pues por lo general es gente que ha viajado por otros lugares y que admiran que en Ecuador tengamos procesos de conservación, tratamiento, y buenas prácticas como en otros países más desarrollados en el ámbito turístico”.
Queda mucho por hacer, pero ciertamente en esta reserva se han dado pasos importantes, les invito a visitarla y disfrutar del que considero uno de los lugares más hermosos de nuestro país.
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