DE PUMAPUNGO AL OTORONGO
- @juanpmm
- 20 nov 2015
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Hablar de Cuenca, es hablar de una ciudad con profundas tradiciones y con una historia que va más allá de su fundación española. El valle de Guapóndelig fue escogido por los cañaris para establecer un poblado que controlaba a todos los cacicazgos de la cuenca del río Paute y tenía una fuerte relación con Hatun Cañar y Cañaribamba en las cuencas de los ríos Cañar y Jubones. Con la llegada de los Incas, se funda la Ciudad imperial de Tomebamba, que por su condición asemeja mucho a la capital del imperio la peruana Cuzco. Para los incas era muy importante la representación en el espacio de su mitología. Existen dos formas principales de relacionar el espacio y el tiempo con sus creencias religiosas la primera es que el espacio andino era concebido en dos niveles diferentes: horizontal y vertical. En el plano horizontal, los incas veían el mundo de manera dual: Hanan y hurin (arriba y abajo). Esta división era entendida como complemento, oposición y reciprocidad. Mientras que, a nivel vertical, el espacio estaba dividido en tres planos: el Hanan Pacha (mundo de arriba, celestial o supraterrenal) el Kay Pacha (mundo del presente y de aquí) y el Uku Pacha (mundo de abajo o mundo de los muertos. En la mitología inca esos tres mundos estaban representados por animales, el cóndor para el mundo de arriba, la serpiente para el mundo de los muertos y para el mundo terrenal los felinos. El puma representaba la sabiduría, la fuerza, la inteligencia. Simbolizaba el gobierno, de allí que probablemente por esa razón la planificación de la construcción de la ciudad del Cuzco tuviera la forma de un puma. Para los cañaris el puma también estaba relacionado con el amanecer, es así que en su idioma existe una palabra específica para puma que guagual, y el Guagualzhumi que significa el escondite del puma está relacionada con la aparición de los primeros rayos de sol. Al fundar la ciudad de Tomebamba, los incas fieles a su visión dual, establecieron dos sectores con nombres relacionados con los felinos: el ingreso a la ciudad imperial desde el camino del inca (la actual avenida Huayna Capac) se denominó la puerta del puma o Pumapungo, mientras que la salida de la ciudad hacia los territorios indómitos se denominó Uturunku que castellanizado se popularizó como Otorongo. Esto se debe a que el puma simbolizaba el cuerpo político imperial, mientras el jaguar representaba todo aquello que estaba fuera de él. A través de esta oposición entre puma y jaguar, se simboliza la oposición adentro-afuera, así como también la oposición primaria en las divisiones jerárquicas y las subdivisiones espaciales del estado, entendidas como tierras altas/tierras bajas, sociedad establecida/lo salvaje, política/religión, y gobierno/brujería. Es importante, estudiar el origen de los nombres de los lugares, pues si bien en este caso particular los nombres de estos dos tradicionales sectores de la ciudad están relacionados con la mitología y permiten conocer la configuración espacial y social de nuestra antigua Tomebamba en la mayoría de los casos estas toponimias nos permiten modelar la forma natural de nuestro territorio a partir de las especies que vivían en el.